Conseguir mayores niveles de
rendimiento en nuestro equipo de fútbol, dependerá en gran medida de si hemos periodizado correctamente el
entrenamiento. Como dijo Navarro (2001), si siempre entrenáramos lo mismo, el
organismo se adaptaría solo a lo que efectuábamos y el rendimiento se
estancaría.
Todo
entrenamiento tiene que estar integrado bajo una estructuración de la
planificación como punto de partida hacia los objetivos previstos. Forteza
(2001) plantea que: “… la estructuración del entrenamiento deportivo, es hoy
día, una de las principales condiciones para obtener buenos resultados
deportivos en cualquier deporte”.
A nivel
internacional se destacan autores tales como: Matveev (1983), Bompa (1983),
Harre (1987), Ozolin (1989), Verjoshanski (1990), Platonov (1991), Manso y cols.
(1996), Vasconcelos (2000) y Navarro (2004). A nivel nacional: Barrios y
Ranzola (1998), Forteza y Ranzola (1998), Forteza (1999, 2001, 2003), Cortegaza
(2004), Font (2006), Collazo y cols. (2006), Romero (2006) y Navarro (2007).
En primer lugar
está la planificación convencional (Matveyev) que principalmente se caracteriza
por utilizar cargas regulares con una interconexión simultánea de las cargas,
es decir, al mismo tiempo que trabajo factores de rendimiento básicos puedo
estar trabajando factores de rendimiento específicos. Se
ha de considerar que en los deportes de equipo el proceso de periodización
convencional implica notables inconvenientes para el logro de elevado
rendimiento (López López, M.; López López, I.; Cárdenas Vélez, D., 2000). No
obstante y sin pretender ser redundantes, la búsqueda de rendimiento no se
dirige a un momento determinado de la temporada, si no a mantener cotas
elevadas de rendimiento durante un periodo más o menos largo de tiempo
En
segundo lugar, está la planificación contemporánea (Issurin) que se caracteriza
por utilizar cargas regulares con una interconexión secuencial de las cargas,
es decir, en primer lugar se trabajan factores de rendimiento básicos,
específicos y, por último, competitivos, lo que se conoce por acumulación,
transformación y realización (ATR). Uno de los indicadores que nos marca qué
tipo de planificación deportiva debemos utilizar es la reserva actual de
adaptación del deportista con el que vayamos a trabajar. Con deportistas con
una reserva actual baja se tiende a utilizar el modelo de planificación
convencional y con deportistas con una elevada reserva actual de adaptación
tiene más sentido utilizar el método de planificación contemporánea, ya que
cada vez es más difícil que el deportista mejore y por lo tanto tenemos que
someterlo a estímulos de entrenamiento cada vez más fuertes y por eso debemos
utilizar cargas concentradas.
La estrategia
actual consiste en concentrar el trabajo en períodos relativamente cortos de
tiempo, resultando un proceso de adaptación más intenso, caracterizado por una
alteración de la homeostasis y que produce una disminución de los niveles de
rendimiento (García Manso, M.; Navarro Valdivielso, M; y Ruiz Caballero, P.,
1996). De tal manera, que una vez terminamos el trabajo concentrado de
entrenamiento se produce un aumento acentuado de los índices funcionales a
niveles superiores a los valores iniciales (Verjochanski, 1990). Esta forma de
entender el entrenamiento es más apropiada para deportes como el fútbol.
La teoría clásica está basada en las
leyes biológicas y del entrenamiento deportivo, que condicionan un
mantenimiento de la forma, a un periodo relativamente reducido y localizado de
la temporada. Siendo más válido, por tanto, para deportes individuales, con
competiciones más localizadas en el tiempo, en un momento determinado de la
temporada, con una competición principal que destaca sobre las demás.
Así
aparecen dos modelos de planificación del entrenamiento aplicables con más o
menos éxito. El entrenamiento del deporte del fútbol basado en la aplicación de
las nuevas teorías de la planificación deportiva, como el entrenamiento por
bloques o periodos de Acumulación, Transformación y Realización (ATR) aporta un
aumento del rendimiento (Pastor, 2007).
El desarrollo
de la ciencia y la técnica, y específicamente la genética, está dando pasos
firme a la transformación en futuros años de los adelantos en los nuevos
modelos existente para la planificación del entrenamiento deportivo (Pérez y
Pérez, 2009).
BIBLIOGRAFÍA:
- Verchoshanski, I. V. (1990). Entrenamiento deportivo. Planificación y programación. Barcelona, Martínez Roca.
- Navarro, F. (1998). La resistencia. Madrid. Gymnos.
- Navarro, F., Oca, A. (2010). Planificación del entrenamiento y su control. Cultiva Libros. Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario